LAS SEVILLANAS ARTÍCULO DE ABS DE SEVILLA (17/04/2021) El poeta y folklorista Francisco Rodríguez Marín (Osuna 1855), uno de los más reconocidos estudiosos del folklore andaluz, apuntaba en sus escritos que había que remontarse al siglo XVII para encontrar los orígenes de las sevillanas, que a día de hoy aún se cantan y bailan en la Feria de Abril de Sevilla. «Las sevillanas no es más que una seguidilla de Sevilla, que se instala en Sevilla y se codifica tanto para la música como para el baile y se asientan a mediados del siglo XIX, con el nacimiento de la feria en 1847. Pero sus orígenes son muchos anteriores. Toda la modernidad está plagada de referencias a la gente del común, a los pícaros, a la gente del pueblo, que danza y canta estas formas de seguidillas populares» explica a ABC Cristina Cruces, Catedrática de Antropología Social de la Hispalense. Si bien, la raíz de este palo flamenco, considerado por algunos como menor, está presente en las celebraciones de las clases populares; su vinculación a la feria se debe a tres factores o sectores sociales. Las sevillanas en la feria «En primer lugar el pueblo que bailaba estas danzas, lo hacía de manera natural, en sus rituales de vecindad o en los rituales de transición, como llamamos en antropología a las bodas, las comuniones o bautizos. Cualquier celebración estaba plagada por bailes de seguidillas, que se bailaban de una manera muy distinta a como se hace hoy. Pero mantenían la estructura aproximada de lo que hoy reconoceríamos como los cuatro versos octosilábicos en asonante» aclara Cristina Cruces. La pequeña burguesía y la aristocracia sevillana también jugaron un papel fundamental durante los siglos XVIII y XIX, que «adoptan una serie de prácticas que emulan lo popular, y sobre todo , vinculadas con el nacionalismo y el casticismo, como reacción al afrancesamiento de las costumbres». De hecho, indica esta catedrática de Antropología, fueron los que instalaron lo que hoy conocemos como casetas privadas. Y en tercer lugar, los gitanos, que vienen asociados a una feria que se origina como de ganado. Son una comunidad que tiene entre una de sus ocupaciones principales el trato del ganado, y seguidamente empiezan a incorporar una serie de actividades laborales a la feria. De esa manera, empiezan a adoptar estas formas de danza y adaptarlas a su estilo, tanto en términos coreográficos como en términos estéticos. Temática picante y religiosa Al igual que el estilo, la temática también ha variado con el tiempo. Las referencias del siglo XVIII y XIX hablan de temáticas populares, en el sentido de temas picantes, de la vida cotidiana de la vida del pueblo. Un buen ejemplo que aún pervive, indica Cristina Cruces, son las sevillanas corraleras que hablan de asuntos de vecindad, una gacetilla de acontecimientos del momento, o ensalzamiento de pasiones amorosas o la belleza de la mujer de Sevilla. Más tarde, en el siglo XX, en la década de los setenta podemos hablar ya de las sevillanas bíblicas Las sevillanas de cuatro en cuatro, no llegaron hasta la década de los sesenta con los hermanos Reyes y los hermanos Toronjo, que «codifican la sevillana moderna, cantada con grupos de cuatro, con unidad temática y con unidad musical, pues antes las sevillanas se cantaban sueltas, y a partir de esa codificación de los años sesenta comienza un desarrollo paulatino con nuevos grupos populares y también las sevillanas bíblicas».
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